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sacanueces

T575 ALEGRÍA

Persigo la alegría como debe ser, Cesar?
Y como es?
Es esa sombra que se oculta tras la vida,
en los ojos blancos que no pueden ver?
Es la canción y el perfume de los naranjos?
Cesar, como debe ser la alegría, azul, blanda,
como aleteo de mariposas en la punta del ombligo,
amarillo totora, quizás rojo carmín, o es una palabra:
la que nombra el nombre en el momento justo?
Eso persigo?
Eso: vuelo de pájaros y pájaros , persigo?
O es la poesía, amigo?
Voy tras de ella,
esa mujer inalcanzable,
sin rostro,
a la que le describimos los ojos
y dibujamos sus pechos?
Persigo acaso, la dama negra,
la de la última risa, la del velo y el velo y el velo?
La muerte es la alegría?
Serán sus labios, sus nalgas,
o el caminar de langosta, acompasado,
o un Septiembre en la ciudad de los olivos?
Así debe ser,
como un momento con vos,
con un amigo,
como las voces entrecruzadas del “Taller del Escriba”,
las que unen los nombres con el alma
y se entretejen poesías?
Es a caso, ese instante,
en el que decimos todo,
sentimos todo,
vivimos todo,
en el que temblamos hasta que los huesos se hacen humo,
hasta que nos ahumamos
y ahumados abrazados al viento,
al universo, nos hacemos noche,
y siendo , ya, noche,
vamos tras la utopía?
Será eso la alegría,
una utopía, Cesar?
Entonces querías decir
que voy tras la utopía como debe ser?
Qué es una utopía?
Siento que voy hacia la nada,
que soy la estatua de mármol
de la plaza desierta,
inmóvil pedernal enloquecido
que se resquebraja y grita
sin que salga sonido alguno.
Ya es Octubre en los ojos,
me pesan
y la pregunta sin respuesta late silenciosa,
pero yo la escucho un bramido.
Cesa, Cesar
                     crees que voy
                                               tras la alegría?
 

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