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sacanueces

XX312 HORAS DESPUÉS…

XX312 HORAS DESPUÉS…

   horas después…

 

   se ha calmado mi sed fatídica

persiste el miedo

no hay temblor

sólo un silencio en el alma

como un último duelo

como un no aceptar decir: adiós

 

   sigue el sol, a veces se nubla, no importa

pero ya no es el día un puñal que hurga

no avizoro nada

quizás vislumbro el contemplarme

ojala pueda hacerlo y ver la dimensión exacta de la sombra

sus límites, sus flaquezas

 

   quiero encontrar por donde salir

no sé si merezco otra cosa

pero estoy seguro que este aquí me destruye, no lo quiero

¡justo en estos momento que apenas empiezo a comprender la vida!

¡heme acá otra vez resistiendo!

busco con desesperación entre mis bártulos elementos para sobrevivir

 

   quiero llevar mi vida a la serenidad

entrar con la barcaza de mi alma en un mar calmo

donde por fin dejar la bestia

mi carne, mi delirio

mi mente enferma del darse cuenta

y hacer el pasaje en paz

 

   añoro aceptar la muerte

como la conclusión de una vida vivida

sin perdón ni culpas ni prejuicios

y que hasta el último instante

puse con desenfreno

¡toda la demente pasión por vivirla!

 

 

2 comentarios

isabel llorca bosco -

Querido Francisco, me ha encantado este poema, más bien notas sobre la mujer que se está transformando ante vos y muestra y oculta y muestra. Por eso está desnuda en la imagen. Hay querido decir sobre ella la justa.
Como profesora en Letras, me sorprendió este verso
"es miles de historia atrapadas bajo su piel"
Tal vez quisiste decir
"es miles de HISTORIAS atrapadas"o
"es un milenio de historia atrapada"
y quedaría entendible y correcto. Tuya es la libertad. Yo no le saco la lengua a la gramática como la talentosa Silvina Ocampo.
Un verso que me impactó fue:
"la mujer es...el primer olor a jazmín con que la noche nos golpea." Te felicito por todo lo que nos hace justicia.
Isabel Llorca Bosco
Mis poetas contemporáneos

María Rosa León -

¡Gracias, Francisco por este elogioso canto a la mujer!
Gracias en mi nombre y en el de todas las que nos incluimos en tu canto.
Un abrazo muy grande
María Rosa León