XX445 VUELVO
a: m f
con una tristeza extensa, profunda
tristeza de aldea en olvido
regreso sobre mis pasos, piedra a piedra
por mi rastro de sangre vuelvo al monte
al silencio de las siestas en días nublados
al silencio de la cueva cuando llueve el alma
donde las lágrimas se amontonan en las cornisas de los ojos
y no puedes evitar que caigan
y te diluvias como el hombre más solo del mundo
vuelvo al diluvio de esa soledad que no quiero
al inexorable llanto de olvidarse a si mismo
a no ser por no soportar el dolor de la ausencia
ya no está ni estará, creo
es que quizás nunca estuvo, no sé
pero la sentí tan cerca
la viví tan dentro
que la vida tomó esos colores que nadie imagina
(sólo uno los ve)
y esos aromas y tardes de sol
y esa maravilla de sentirse pleno, lleno de vida
(eso que, también, sólo uno puede sentir)
era motor, alimento del alma
vuelvo errante sobre mi huella
con lastimaduras abiertas de guerrero ya vencido
a la mudes de lavarme las heridas
sin fe alguna ni esperanza que me mienta
agonía obsoleta de la utopía que me deslumbró
es que la amo y la amé como aman los lobos perdidos, ¿me entiendes?
vuelvo, ¡sí, vuelvo vacío!
vuelvo a esperar y esperar que, también, la muerte no me olvide
2 comentarios
betty badaui -
No me quise ir sin dejar un comentario en este poema y pensé que me gustaría escucharlo en la voz de Lily; no, esto no es coincidencia, se escapó un pájaro de la bandada mientras yo te leía, Francisco.
Betty
lily Chavez -