XX298 LOBO QUE SABE
me estoy yendo
dejo la farsa
la tragicomedia del gigoló vetusto
dejo la cama, la medicina sexual
el paréntesis, el tiempo detenido, la inexistencia de serme
dejo internet…
el agua caliente y las pantuflas
el orden, lo preestablecido
dejo el lavarme las manos ante cada cosa, ante cada comida
los rezongos del fumar
dejo lo que podría ser y nunca seré
me estoy yendo
cuatro pilchas en el bolso
cuaderno y poncho, lapicera
la resistencia y la adaptabilidad
algunos libros, sonrisas
y una inocencia que a trasluz se ve
eso es mi casa y acuesta llevo
dejo atrás otra cueva del paria
lugar de pena y lástima
el orgullo mancillado por el tiempo y la escasez, meras circunstancias
me estoy yendo
quiero mi silencio
mis montañas
quiero encontrarme con mi sombra, sombra soy
tomar un buen vino y llorar este cansancio antiguo que me carcome
que oxida
me estoy yendo y los fantasmas vienen conmigo
estoy habitado por la calma sin culpas ni expectativas
la soledad me espera y la anhelo
hay en mi un mundo partido
un llanto extenso que aún no pude llorar
me siento vivo y muerto y cansado… muy cansado
¿serán los años o la toxica adrenalina?
no sé, pero siento tener la eternidad sobre la espalda
cruz sin bronce ni tronco ni ramas ni espinas
peregrino sin camino ni meca ni muro de los lamentos
ese ser sólo sustancia de paso
mísero río diluyéndose en el pantano y el olvido
con el darme cuenta , que como hormigas va destruyéndome la piel,
exacerbado
me estoy yendo
lobo solitario de pasos cansinos
lobo que sabe
(que sabe de la vida y el alma
¡de los jirones del alma!
que sabe de distancia y silencio
de la búsqueda infinita, de sustancias
de aromas y olores
de sabores y sinsabores
del sexo salvaje, de amar
de entrega y egoísmo
de la pasión y la misericordia
que sabe del abrazo y la mirada)
lobo que no entiende la fe
lobo que se resiste a ser sólo la bestia al asecho
lobo que no pudo ser otra cosa que lobo
lobo que Es lobo
acá
acá, en esta terminal esperando el colectivo, estoy
mientras algo del mundo duerme
mientras otras historias esperan también
y otras llegan para continuar o construirse
acá espero, te decía, rodeado por mi piel y mis circunstancias
con la noche encima
cansado
con mi luz tenue y esa certeza, ese saber profundo:
que me estoy yendo y que cuando llegue
sólo habré llegado al principio:
el volver a partir
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