XX836 CEGUEDAD

 

   saldrá el hombre del fuego y el lobo de sus abismos

y de borde a borde, vereda a vereda

entretejer un lazo de invisibles hilos como telaraña

con el finísimo fulgor del amor  atrevido           

hasta que el mundo, ese oscuro mundo de infernales sombras

de rodillas clame por la luz? podrá?

 

   saldrá el hombre del fuego y el pez de sus encrucijadas

y de extremo a extremo, de horizonte a horizonte, de tarde a tarde

entretejer con el lazo de invisibles hilos

finísimo destello de los amores agachados para que se yergan sus miradas

y como un manto sagrado envuelva al mundo

ese mundo oscuro, sombrío, de banquillos impecables y apropiados

y de rodillas clame por la luz? podrá?

 

   saldrá el hombre del fuego y el pájaro de sus catacumbas enigmáticas

y de punta a punta, allende los mares de orilla a orilla

allende desiertos de polo a polo, montañas y ríos de cabo a rabo

entretejer, también, con un lazo de invisibles hilos

finísima luminiscencia de los más profundos sentimientos del alma

una red candente que envuelva al mundo

y sostenga a los desposeídos, los golpeados por las piedras

los desvalidos inhabilitados de todo, los excluidos sin modelo

los que creyeron en la compasión, en el amor incondicional aún prohibido

en la entrega sin regatear, en los que dan sin esperar nada: abrazos fértiles

y que ese mundo, mundo oscuro que da oscuridad, maléficas sombras

de rodillas calme por la luz? podrá?

 

   podrá, acaso, pájaro, lobo, pez, hombre, fuera

sólo con amor hilvanar el lazo de invisibles hilos

fulgurantes, luminiscentes, destellantes, finísimos

entretejer el manto, la telaraña, la red

para que ese mundo no extraño, sombrío y oscuro

de rodillas clame por la luz? podrá?

 

   sí, claro que sí puede y podrá

pero tristemente carece de sentido, ya que luz no desea

es nada más que otra utopía nacida del amor

de los profundos sentimientos de ser humano

la oscuridad del mundo sólo sucede en su ceguedad

porque no quiere ver ni verse

quiere seguir así, devorándose en las tinieblas, siempre exento de culpa, de si