XX565 NO PUEDO
corre el alma por entre las costillas
de aquí para allá, del corazón a los pies
de riñón a riñón, a los tropezones
corre desesperada sin poder salir
cautiva por la reja de la piel
huye despavorida de la impiadosa bestia que anida en mi
el monstruo de la carne, milenaria sustancia del origen
puro instinto, deseo brutal y desnudo
yo intento encontrar el camino de la luz
el viaje espiritual que la aplaque, que la contenga
que la fusione al cosmos, a su pertenencia vital
me doy cuenta…
no puedo evitar este castigo impiadoso con que la flagelo
culpas, espantos clavándoles los ojos, arrancándoselos de a jirones
es que no hay perdón ni humano ni divino
viví el animal con todas mis fuerzas y consecuencias
aún con ella, desde lo más profundo
con la honestidad sagrada de ser quién era y soy
todo experimenté, trasgredí con bestia y alma los mandatos sociales
ley, moral, orden de la cultura
sin entender la fe, la felicidad
amar u odiar con absoluta pureza
me entregué y tomé en totalidad y crudeza
pobrecita ella… pobrecita
de tanto acompañar la bestia en la experiencia de vivir el ser humano
(el hombre, desde su esencia animal)
ella también se hizo bestia, un alma bestial
hoy no lo soporta más, quiere salir
huir, pedir perdón a los astros, a los dioses
al mar, a tus ojos negros, al hombre
pero no puede… no puedo
la bestia domina
la tiene atrapada en su red de piel
este delirio (alucinante locura)
tortuoso destino que me atormenta y no deseo
también me doy cuenta que quiero liberarla
… tampoco soporto más
que ande por ahí entre los pájaros y las estrellas
deseo abrirme un hueco para que escape
uno en la sien derecha
que ella vuelva a su melodía de acertijos
que busque otro cuerpo donde las bestias no habiten
y que no mire para atrás…
así no se lleva un último y nefasto recuerdo en su retina
el de mi cuerpo sobre una roca junto al río
bajo el sol de medio día
con la cabeza hecha un sangriento destrozo
y los sesos desparramados como hormigas aplastadas
me doy cuenta…
hay que dormir la bestia definitivamente
por piedad a mi alma y a esa humanidad que entiende nada…
ciega…
sorda…
tan felizmente olvidadiza…
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