tengo el rostro
encerrado entre líneas
la tensión del mundo
del universo
del SER humano
¡toda la tensión de la humanidad a la deriva
lo encierra!
tengo el rostro hundido
en una soledad desesperada
ni el grito
ni la lágrima han servido
ni el vino
ni la palabra
¡ay poetas,
que me estoy quedando sin armas!
del rostro.
¡del rostro del alma, estoy hablando!
mi madre y mi padre
sentados uno junto a otro
en dos sillones blancos
en el centro
quizás, ya era presagio
presunción, altanero ego
en el centro, decía
en el centro de la foto, perpetuándose
y así parecía
almorcé con mi madre, en su casa
a él lo extrañaba, a mi padre, digo
que hace tiempo murió
un poquito de tristeza, inevitable tristeza
vino por detrás
y mucha bronca
¡mucha, pero mucha!
¡verlos en esta foto
sentados uno junto a otro
sobre sus dos sillones blancos
…iban a ser para siempre, por dentro sentí!
pero mi padre murió
sólo perdura la imagen
ahora veo la foto, esa, la misma,
la que estoy mirando
y es mi madre sentada
junto a un fantasma
al que supe decirle, papá
sobre esos dos sillones blancos
más adelante, sin dudar
esta foto ya completa
engrosará los fantasmas de la casa
y la soledad y el desamparo serán más grandes
“los muertos están en cautiverio
no los dejan salir del cementerio”
serrat
morimos a veces tras un beso
besos de vidrio que nos desgarran las entrañas
besos a la boca donde acaricia el alma
besos vidriados de esos amados labios
morimos a veces estafados
fuimos carroña para los buitres
cuando dimos la carne caliente
con el corazón latiendo hechizado
nos matan de a pedazos
a dentelladas
a jirones arrancados
con esas manos
con esa boca que amamos
morimos a veces amando
amando como aman las bestias desnudas
las inocentes bestias
que se las engaña con lágrimas de limón
y un enorme cartel en el pecho que dice: “el corazón late por vos”
morimos a veces, es triste
pero renacemos muchas más
y no recordamos la barata chafalonería
volvemos a amar, entregar el alma
a ser bestias desnudas con total naturalidad
estas calles somnolientas
de una ciudad troglodita que agoniza
con sus luces hiriendo la noche
con su gente hiriendo la quietud
parecen vivas
más no
sólo son lenguas de asfalto muertas
donde deambulan otros cadáveres que se ignoran
que juegan a darle vida a la noche
para que sus calles parezcan vivas
la noche , amigos,
no necesita de estos famélicos
de estos hambrientos
de estos sedientos seres que se mienten
que nos mienten con sus caretas, con sus disfraces
están muertos
vacíos
son espectros que se olvidan
que se pierden en el alcohol, en el ruido
sin entender nada
la noche, decía,
no necesita a nadie
ni esta ciudad ni sus calles
ni esos seres
ni ruidos, para estar viva
ella tiene luz de luna, estrellas
y la voz silenciosa de un poeta que la nombra
que escribe con lágrimas y sangre
poemas de amor o de suicidio
pariéndolos con el alma en el fondo de un vaso de vino
por eso vive la noche
sólo por eso
“y nombrar el nombre que nombra
la cosa, aún grotesco como el
perro cuando se babea por
hambre, frente a un hueso fresco”
sacanueces
quiero el peso exacto de tus pechos
apoyados sobre las palmas de mis manos
y la humedad de tu sexo mojándome los labios
de morir, que sea ahí
hundido en tu secreto carnet de hembra en celo
quiero que tu culo impiadoso y perverso,
ensartado hasta el tuétano, me aplaste
y furioso y depravado
me sacuda con lujurioso frenesí
de morir, que sea ahí
totalmente destartalado y satisfecho
quiero que tu boca desesperada
chupe con descaro mi erecto falo
y se trague enloquecida la blanquitud de mis entrañas
de morir, que sea ahí
seco y craquéele como un antiguo papel amarillo y ajado
quiero que la ansiedad de tus manos
se sacien y calmen sobándome las bolas
que tu cuerpo se funda al mío
que las almas se entrelacen con las miradas
que seamos sólo uno
de morir, amiga mía, que sea ahí
en un orgasmo profundo y lluvioso
hasta que la vida se nos apague
que, así, habremos sido una vez más:
bestialmente humanos
yace sobre falda la gata
con la palma de su mano
apenas, toca la punta de mi dedo
el de la mano que sostiene el cuaderno
con su garra suavemente lo confisca
escribo
se mueve con mi respiración
acunándose
hasta que el sueño la desparrama
confiada se entrega a el
tibio mi vientre
tibia la falda también
escribo
escribo y dejo que la vida se suceda
que las almas apaciguadas
sean cómplices del mismo silencio
siento que el universo
ha encontrado su orden natural
su equilibrio
escribo
…entrar a tu vida
Por la puerta de tu cama
“ la hija del fletero”
hace una espera la noche en el umbral de la casa
dubitativa se pregunta: ¿golpear… o no?
recuerda…
se marcha silenciosa, cabizbaja, emponchada de frío
con la misma lentitud con que se llega a destino
buscará otra, otro umbral
algún hospital, alguna esquina sombría
buscará en los bares del puerto
en los bancos de las plazas donde se olvidan
en las autopistas donde la vida tiene prisa
recuerda: … que aquella casa, estaba vacía
desierto
vasta arena silente
donde el hombre muerde la piedra
no tengas piedad de sus huesos
¡oh!
lluvia del llanto
que vierten los niños con hambre
borra de la memoria
que esta bestia ha existido
¡que no se sepa más de él!
que no quede rastro
de esta majada insensible
que se olvidó de ser
¡¡¡hombre!!!
¡hombre
que te vendiste al hombre
púdrete!
disipa la niebla
tus ojos claros
tu clara tez
tu blanca piel
me embelezas
quedo ahí dejado
del otro lado de la ventana
tan oscuro como el túnel
donde al final
los que han vuelto
dicen que hay luz
quizás esté, casi,
totalmente muerto
quiero cerrar la puerta
la del cuarto que esta vacío
¡aislarme del mundo, de la vida,
que no me vean!
quiero darle algo a mi padre
se que desde el alma
el agua se va a derramar
como una vertiente herida, inagotable
tengo un silencio enorme
que me acongoja
del enorme tamaño que era él
¡oh, mis huesos, poetas!
aquí me sostienen
como una lágrima pesada
cual hombre de viento
al llanto del mundo
¡yazgo higuera, naranjo!
blanca mi sangre
que blanca encandila
¡yazgo abrupta noche
desierto sombrío
esquina, putas y frío!
piedra blanda mi carne
donde se amortigua
el furibundo golpe de la vida
¡yazgo callado río
horizonte indefinido
vaso donde espera el vino!
¡mis huesos, mis huesos!
¡grítenles fuerte, poetas!
¡grítenles y grítenles
que se despierten
que por sus sueños de humo
me estoy deshaciendo en el vidrio!
entre cuatro paredes de fino lino
mi piel de niño
fue templándose
al calor suave de la familia
un día…
mal creí un día que me sofocaba
salí…
¡me quité esa piel!
deje que como un río
se fuera el agua de mi existencia
viví… la vida
hoy a la intemperie
me abrazó el frío
destino…
en aquellas cuatro paredes,
otrora de suave lino
sólo queda:
una mesa de ausencias
con sus ocho sillas vacías
la consigna, el destino
decir de un dios
las líneas de las manos
un hombre que flota panza arriba
confiando que hay designio
en la deriva
“la hija del fletero”
aquí yazgo confiado
aún a la deriva, flotando
recuerdo la consigna…
el decir de los dioses
el tarot de la gitana
certera videncia de las líneas de mi mano
el vuelo del pegásus
el agua trasparente
se que amaneceré bajo la bruma del alba
junto a tu puerto
donde me esperan tus ojos negros
faros callados que llaman
confiado yazgo aún a la deriva
pero cambiaré el olor a sal, lo se,
de esta lágrima
esta que se ha vuelto soledad en el alma
por el olor a tierra mojada, el de la lluvia sobre ella
¿será que existe el destino, mi amiga?
¿o sólo es que es, muy grande el vacío?
mi cuerpo está arrollado por un tren
tren cargado de elefantes
un sudor frío lo recorre
el humo del cigarro incita violentamente a la tos
en cada invasión de tos: pienso en la bastilla (no se por qué)
como los mocos se apropian de todo, me sitian
toso y mis ojos quieren salirse de órbita
insisten con vehemencia
las lágrimas son chaparrones de verano, impúdicos chaparrones
el pecho se me parte
la cabeza explota
tiemblo en una total anarquía de músculos
soy una masa de carne mojada
que se zamarrea al ritmo de algún ritual hechicero
no pienso en vos ni en mi
sólo escupo verdes cosas viscosas
como las veredes de sancho
una fábrica de asco en su esplendor
no pienso en todos los hombres
ni en el nombre de dios
ni en tus ojos negros (los que siento que son tan claros)
ni en la bastilla (aunque antes dije que si, vaya uno a saber por qué también)
ni en la delincuencia de los diputados
ni en la perversión de la curia
no pienso
sólo respondo al acto de sobrevivir
de sobrevivir:
a la gripe de los chiqueros
a la de los engalanados gallineros
a la gripe eleccionaria
a la de las escuelas y fábricas cerradas
a la gripe de los piquetes municipales
a la de las ovejas mansas yendo al pisadero
a todas las putas gripes de esta humanidad fallida que me avasalla
hoy mi cuerpo es carne
donde quiere anidar la muerte
… pero no puede, soy un moco irascible
hoja en blanco
la pluma en la diestra
conmocionado
vibrando con azul frenesí
impregnado de aire fresco, sol y mañana
con los ojos transparentes
lúcido
y entre ella y yo
un abismo imposible de sortear
no puedo escribir, duele
siento divagar el alma
ciega está en este vacío existencial
sólo se me ausente en este momento crucial
el más importante: parir una poesía
¡será la nostalgia del poeta caído que me invade
o qué no tengo ganas de escribir y no lo asumo?
no se…
¡pero está ahí, blanca, blanca
desafiándome una y otra y otra y otra vez!
con total descaro
ya, así, hoy
me hallo en el exilio de la vida
en la existencia
por ser deportado
apenas con mi ropaje de mundo
mis bártulos de plena consciencia
volveré al cause de este hereje destino
sin fuerzas
a remar otra vez corriente en contra
para que no me trague el cenit
el del agujero negro
el de los ojos vacíos
lo único real
lo verdadero
lo demás fue:
existencial y utópico
hace un tiempo
desde lo incontable
me exploras, lo siento
buscas ese mi que sientes
y desconozco
mas siempre sólo hayas
el mismo cadáver
con su piel de exquisito camaleón
el mío
sin duda
el amor es ciego
estúpido e incansable
ya que insistes
o sencillamente
es que yo
nunca me terminé de construir
y no te das cuenta
balbuceo…
cuatro paredes
de un patio de tres por dos
sonidos de pájaros, los que no veo
fresco el aire que si siento
la silla plástica en un rincón
sobre ella, yo
mi pluma
el cuaderno
mocos asomándose por la nariz
mi cabeza al borde de estallar
sin musa
con la vida sucediéndose a pesar de mi
el alma quemada
silenciosa como nunca
los ojos secos
por escribir lo que no escribo
otra vez compruebo:
no hay poeta en mi
“la poesía se dice sola
se escribe sola, lágrima por lágrima”
oh Xtina
de los ojos claros
de los versos al amigo
oh Leonor
de las pieles
de la casa del aire
oh Gustavo
del aljibe
la hamaca y entre ríos
¡Cesar!
Cesar de las ciudades
de las putas, las plazas
de los bronces y el vino
oh Alejandra muerta
Alfonsina, Pablo, Violeta
¡oh fantasmas enardecidos!
¿por qué me miran así?
¿no ven , acaso, que no puedo…
que soy vacío
que soy agua seca
y tampoco alcanza para llorar?
balbuceo, balbuceo…
"la noche más silenciosa que la pena
aprieta el estómago
hasta que suelta lágrimas"
sacanueces
de ahí viene mi llanto
el silencioso
el aturdido y apenado
cómo burbujas de violetas amargas
caen mis sales húmedas/ abismales/ desesperadas
cruda bestia mi carne te espera cual tempestad humana
avasallador alarido de las entrañas
que te requiere como el agua los cardos
ay de mi sin ti
mujer de los ojos de plata
-que soy- lluvia fresca
que empapa tu piel y tu mirada
de morirme
morirías por falta de aire
de abrazos que te partan el alma
de morirte
de morirte/ ni la misma muerte me aliviaría
sería el silencio más grotesco de la nada
noche aturdida de silencios/ calla el grito/ quita el zumbido áspero y noctámbulo/ desvanece la espera en la resignación oculta del olvido nada muere/ nadie viene/ es el amanecer un futuro/ un hito quizás de la esperanza/ el llegar y haber sobrevivido ¡estamos resistiendo estoicamente!/ diremos/ como si hubiésemos puesto la vida entera en poder ver nuevamente el sol si/ quizás digamos/digamos/ quizás nada más pero no creo.